Esos lugares que ya no son lo que eran: El Banco de los Mariscos

Recientemente estábamos deseando ir a probar un nuevo restaurante en Heredia. Era domingo y al llegar estaba lleno.

En ese momento decidimos irnos a algún restaurante cercano, pensamos opciones y lo más cerca era el Banco del Marisco, en Santa Bárbara.

Es uno de los más conocidos en la zona de Heredia y Alajuela. Nacieron en 1982 como una pequeña sodita y hoy tienen un local gigante.

Pedimos el clásico ceviche de entradita, una mariscada y un filete de pescado. Ese día me dolió pagar, al menos el ceviche y la mariscada me recordaron que en el pasado fuí ahí y ya me había dicho que la calidad bajó mucho y que no volviera o si lo hacía entonces pidiera un arroz con camarones.

Este es un blog, por consiguiente es un espacio de opinión. Puede que esté o no de acuerdo conmigo y lo respeto. Ahora le cuento mi conclusión antes de pasar a hablar de cada plato.

Creo que este reconocido restaurante perdió su calidad, posiblemente porque en ciertos platos tienen los alimentos preparados y en cantidades grandes. Eso hace que cueste que sea muy bueno, porque cocinar grandes cantidades no es sencillo y por eso los buenos restaurantes suelen preparar cada orden de cero o casi de cero.

Otra idea que tengo es que ellos lograron una muy buena fama o renombre y por eso se quedaron ahí, no evolucionaron. Saben que hay una parte importante de los comensales que los quiere no importa si los mariscos están con demasiado aceite, el pescado sobrecocido o la salsa de tomate es terrible.

Por último, creo que la nostalgia nos gana a muchos, y por eso seguimos visitandolos, porque siempre hemos ido, seguramente nos llevaron de niños, o con nuestros primeros dineros propios fuimos y lo seguimos haciendo.

Me atrevo a decir y repetir, ya no es lo que era, porque luego de probar la cocina de marisquerías como Ilha da Costa, Go Fish o Porto 8 sé que es posible trabajar con los frutos del mar y aún un plato tan “sencillo” como el ceviche de pescado o el filete de pescado frito lograr resultados memorables.

Si me dicen: “Es que los productos de El Banco de los Mariscos es así porque cobran barato” creo que sería un terrible error, porque es como justificar que no cocinan porque prefieren cobrar barato.

Eso me recuerda al finado Gorgojo y su chiste de: Por qué cobran tan barato, a lo que él respondía “para lo que toco”, luego le consultaban el por qué tocaba tan mal, a lo que Gorgojo respondía “para lo que cobro”.

Ceviche

La entrada clásica y para compartir en pareja es y será el ceviche de corvina (¢5600 i.i.) porque le da a uno la opción de ir matando el hambre mientras llega la comida principal.

Al llevarlo a la boca se perciben dos cosas, que le falta un toque de acidez y que el pescado ya no tiene esa firmeza, esa textura propia de la corvina. 

Al masticar cada bocado se confirma que está más suave de lo que uno desearía. Tiene esa combinación de olores tan propia del ceviche y posiblemente con mayonesa, salsa de tomate y tabasco el sabor cambie, pero creo que un buen ceviche debe saber bien por sí solo.

Mariscada

A mi desde niños me gustan los revoltijos, las cosas que combinan muchos ingredientes. Por ejemplo una ensalada de frutas o meterle a un sándwich de jamón y queso un huevo, o aguacate y hasta frijoles molidos.

Por eso las mariscadas siempre me encantaron. Tienen lo mejor de los frutos del mar como pescado, camarones, calamares, pulpo y lo que la imaginación del chef permita.

En el Banco de los Mariscos la preparan al ajillo, a la mantequilla y en salsa de tomate. Esta visita fue para probar la versión en salsa de tomate (¢9.100 i.i.).

Con el primer bocado la primera sensación fue un gusto muy “dulzón”. Tomé un trago de mi bebida para limpiar el paladar y repetí.

El sabor de la salsa de tomate no estaba rico, de hecho no sabía a una salsa de tomate de esas naturales que se elaboran al fuego, con ingredientes frescos y logrando reducirla al cocinarla lentamente.

Mi esposa encontró la analogía ideal: Sabía a tomatina de los años 90. Esas salsas preparadas que se sentían muy artificiales. En cuanto a la porción hay que reconocer que es generosa, con trozos de pulpo, calamar, camarones (unas miniaturas pero camarones al fin) y pescado. Para mi suerte no tenía almejas, que suelen estar en otras mariscadas para hacer bulto.

En temas de sabor o gusto, en resumen no sabía rico, en cuanto a textura, el pescado estaba bien, firme, lo mismo que los camarones. Pero con el pulpo se siente como comer una textura “hulosa”, chiclosa. 

Tal vez sin la salsa de tomate que le pusieron encima (porque parece que fue eso, que era la mariscada estándar y le pusieron un poco de salsa de tomate) el resultado habría sido distinto y no habría sentido que lástima la plata que gasté en ese plato.

Filete 

Lo mejor de la visita fue el filete de pescado empanizado (¢4.980 i.i.) que dicho sea de paso estaba en promoción.

El rebozado estaba bien, ligeramente crocante. Su punto de cocción era ideal, porque la carne estaba blanca y bien cocida.

Su sabor agradable, con ese gusto del pescado. En palabras de mi esposa: Cumple. Eso es lo que se puede decir del pescado, que cumple, tiene buena textura y punto de cocción.

Una ideas finales

Recuerdo a un twitero que decía cosas explosivas y así lograba notoriedad. Yo no busco algo así, solamente quiero compartir mi opinión. Y puede ser que mi opinión sea de las pocas no positivas, de hecho si uno se va a TripAdvisor los comentarios negativos son minoría.

Destaco que son muy rápidos en el servicio, que los saloneros están pilas para ver qué necesita uno o si desea algo más. También cuentan con parqueo amplio, que es un plus para mi.

Por favor si usted conoce el lugar quiero saber qué le parece mi opinión versus su experiencia. En especial me interesa conocerla si además es totalmente contraria a la mia.

Si quiere ir a comer al lugar ellos están 500 metros al oeste del parque de Santa Bárbara de Heredia, abren todos los días. En Facebook los encuentran como @Bancodelosmariscos